Etimológicamente, Fitoterapia significa “terapéutica con plantas”. Se define como la ciencia que estudia la utilización de los productos de origen vegetal con finalidad terapéutica, ya sea para prevenir, para atenuar o para curar un estado patológico.
La Fitoterapia es considerada especialmente útil en el tratamiento de afecciones leves o moderadas, así como de afecciones crónicas.
En Europa, así como en otras partes del mundo (Asia, EUA y Japón), el uso de productos de Fitoterapia sigue una línea ascendente. Esto ha sido propiciado, en parte, por el regreso a los tratamientos naturales que ha habido de forma general en la sociedad; pero también, a la evidencia creciente sobre su seguridad y eficacia (Busse, 2000; Dechamp, 1999)
Natural no es sinónimo de inocuo.
Actualmente, existe base científica que apoya la eficacia de muchos productos fitoterápicos para determinadas indicaciones.
La eficacia se logra con el uso adecuado de los preparados fitoterápicos.
La calidad es un requisito básico en estos medicamentos, lo cual es primordial para garantizar la seguridad en el consumo y la eficacia de los mismos.
Por todo lo antes expresado, es importante consultar a un profesional especialista en el uso de este tipo de medicamentos, quien evaluará la conveniencia en la indicación y las dosis recomendadas para cada caso en particular.
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